
Argentina y personas mayores: desarrollo de una alianza entre la sociedad civil y el gobierno
Este blog ha sido escrito por Peter-Lloyd Sherlock. Se basa en y desarrolla el contenido de, la presentación hecha por Nélida Redondo al 7º webinar semanal de la Plataforma Global, disponible en español en
Traducido por June Abbott and Alejandra Irigoin
Es indiscutible que, en todos los países, responder a la pandemia requiere un esfuerzo conjunto de parte del gobierno, de los ciudadanos, del sector empresarial y de la sociedad civil. Y todos sabemos que conseguir que todos estos sectores trabajen juntos, es más fácil decirlo que hacerlo.
En su presentación al webinar, Nélida describió los resultados de varias colaboraciones innovadoras que podrían servir de ejemplo para otros países.
Trabajando juntos para apoyar los hogares geriátricos

En muchos países de ingreso mediano, abordar la pandemia en residencias geriátricas va a ser un reto especialmente difícil. Nélida contribuyó a un artículo sobre la materia publicado hace unas semanas en el British Medical Journal. El número de residencias geriátricas argentinas ha aumentado rápidamente en los 10 últimos años y son muchas las que no se han registrado con las agencias oficiales, así que en efecto no están sujetas al escrutinio de las autoridades
Es difícil saber qué pasa dentro de estos hogares invisibles. Nélida co-dirigió un estudio en que mujeres mayores visitaron clandestinamente a hogares localizados en la ciudad argentina de La Plata. Descubrieron que los cuidados ofrecidos eran muchas veces de muy baja calidad y que en muchas instituciones los residentes estaban expuestos al abuso diario de sus derechos humanos fundamentales. A raíz de estas revelaciones, una ONG local para personas mayores, Red Mayor, trabajó con la Asociación de Directores de Hogar de La Plata, con agencias gubernamentales y con académicos para montar una plataforma en línea para compartir información sobre los hogares platenses. A finales de 2019, la plataforma recibía más de 12,000 visitas mensuales y había logrado señalar casos de abuso de mayores a las autoridades locales.
Cuando la amenaza del coronavirus se hizo evidente, Red Mayor en conjunto con la Asociación de Directores de Hogar, realizó una encuesta rápida en línea entre los hogares platenses. La encuesta reveló que en la mayoría de los hogares no existía ni el equipo de protección individual contra Covid 19 ni la capacidad para cumplir con la legislación nueva sobre el abordaje de la pandemia en hogares geriátricos. Los hallazgos de la encuesta se compartieron con agencias locales gubernamentales, quienes se comprometieron a priorizar el problema.
Resultados de la cuestión de la encuesta en hogares de La Plata:. El 55 por ciento de los hogares contestaron que “No” a la pregunta: “En su opinión, las normas y recomendaciones oficiales para enfrentar la pandemia son realistas y fáciles de cumplir”
La colaboración única llevada a cabo en La Plata influye ahora en las estrategias de emergencia que se están adoptando en otras partes de Argentina y también en otros países. Se reconoce cada vez más que muchos hogares que no cumplen con las normas oficiales ideales que deberían beneficiarse de cierta inmunidad judicial a cambio de su cooperación. Por cierto, tal amnistía no debería extenderse a casos de abuso de los derechos humanos de los residentes de hogar, pero podría concederse cierto margen transitorio con respecto a la falta de alarmas de humo o la altura de las mesas en los comedores.
El caso reciente de un hogar geriátrico bonaerense demuestra la necesidad de un enfoque más realista: Después de la muerte de cinco residentes, el encargado del hogar (quien unas semanas antes, había comunicado a las autoridades una primera muerte por coronavirus pero había recibido poca ayuda externa) fue investigado por posibles violaciones a los protocolos de control establecidos para evitar la propagación de la pandemia. Un amigo argentino me comentó que esta medida sólo serviría a empujar los demás hogares hacia la clandestinidad y a desalentar la cooperación.
Respondiendo a presiones por parte de Red Mayor y también de asociaciones de directores de hogar y académicos como Nélida, las autoridades locales están empezando a cambiar el rumbo. Hace unos días, la provincia de Buenos Aires publicó una nueva ley que dispone que, a cambio de su cooperación, los hogares tendrán cierto grado de inmunidad judicial por el incumplimiento de normas oficiales. Otras regiones argentinas están proyectando hacer lo mismo. Tras su presentación, Nélida fue invitada a discutir la experiencia platense con expertos destacados en México. Otros países, entre ellos Brasil y Súdafrica, también están proyectando hacer uso de estas experiencias.
Localizar y apoyar a las personas mayores más vulnerables de la comunidad
A pesar de que hay muchos hogares geriátricos en América Latina, más de 95 por ciento de las personas mayores de la región siguen viviendo en la comunidad, muchas en barrios miseria. El 24 de abril, el periódico español El País publicó un artículo sobre Covid-19 y ancianos en las villas miseria de Argentina.
Un residente de una villa miseria bonaerense citado en el artículo informó que compartía un espacio de sólo tres metros cuadrados con su padre de 85 años y su madre diabética de 84 años. No sólo eso, sino que también vivían allí otras tres familias más y debían compartir un solo baño entre 13 personas. Preguntó cómo era posible practicar la prevención en tales circunstancias.

Representante de una ONG local entrega comida a un anciano que pasa hambre como consecuencia del confinamiento. El País, 24.04.20
Otras contribuciones al webinar describieron iniciativas llevadas a cabo en Costa Rica y Brasil para medir el riesgo enfrentado por personas mayores en la comunidad, a fin de identificar las más necesitadas. Nélida, por su parte, describió una nueva colaboración entre el gobierno local y dos organizaciones sin fines de lucro (Fundación SIDOM y Fundación Navarro Viola), las que trabajan juntos en la aplicación de una serie de criterios sencillos para identificar a las personas de mayor riesgo; ellos son:
• Las personas mayores que viven solas o viven solamente con otras personas mayores
• Las personas mayores con múltiples enfermedades crónicas y una esperanza de vida restante limitada.
El proyecto se dedica sobre todo a localizar y ayudar a las personas en estas categorías de riesgo que estén más desprotegidas económicamente, entre otras las que viven en villas miseria. Dadas las restricciones impuestas por el confinamiento, la encuesta se hace mayoritariamente por teléfono, lo que podría limitar su capacidad para contactar a las familias más pobres. De ahí la importancia de la colaboración con grupos comunitarios, quienes ayudan a identificar y a contactar a los vecinos mayores de alto riesgo, sea por teléfono o por medios más directos (como se ve en la foto).
Esta nueva colaboración apenas se ha iniciado. Queda por ver si consigue o no localizar y ayudar a las personas mayores que más necesitan el apoyo. Les mantendremos al día en blogs futuros.
A pesar de estas colaboraciones prometedoras, no hay nadie en Argentina que duda de que la pandemia ha llegado para quedarse y propagarse. Los argentinos de todas las edades se enfrentan a un futuro muy difícil.
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